lunes, 29 de abril de 2019

CONSECUENCIAS DE UNA VIDA NO SALUDABLE A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO.


La poca actividad física o sedentarismo, la nutrición inadecuada caracterizada por ingesta excesiva de alimentos como grasas y  azucares, patrones de sueños alterados, abuso de alcohol, tabaco y drogas ilegales, generan una mayor probabilidad de desarrollar diversas enfermedades degenerativas como: diabetes, enfermedades cardiacas, hipertensión arterial, elevación de los niveles en la  sangre de colesterol, triglicéridos, sobrepeso, dolo articular y muscular.
 
A nivel psicológico genera baja autoestima, dificultades de afrontamiento de situaciones de estrés y mayor probabilidad de padecer un trastorno del estado de ánimo.
                            

 CORTO PLAZO

a)OBESIDAD, DIABETES E HIPERTENSIÓN


-OBESIDAD

La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras en la edad adulta. Los niños con sobrepeso u obesos tienen mayores probabilidades de seguir siendo obesos en la edad adulta y de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

El riesgo de la mayoría de las enfermedades no transmisibles resultantes de la obesidad depende en parte de la edad de inicio y de la duración de la obesidad.
 
La obesidad en la infancia y la adolescencia tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo plazo, las más importantes, que a menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son: las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales); la diabetes;  los trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis, y ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon). 

Los datos de 2005 muestran las consecuencias a largo plazo de un estilo de vida no saludable. Cada año mueren a consecuencia del sobrepeso y la obesidad por lo menos 2,6 millones de personas.

PREVENCION 
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles conexas son en gran medida prevenibles. El objetivo de la lucha contra la epidemia de obesidad infantil consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.
Recomendaciones: aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;  reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas; reducir la ingesta de azúcares, y mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una mayor actividad física. 
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-DIABETES


Es una enfermedad prolongada (crónica) en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre.

Causas

La insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar el azúcar en la sangre. La diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a la insulina o ambas.
Para comprender la diabetes, es importante entender primero el proceso normal por medio del cual el alimento se transforma y es empleado por el cuerpo para obtener energía. Suceden varias cosas cuando se digiere y absorbe el alimento:
  • Un azúcar llamado glucosa entra en el torrente sanguíneo. La glucosa es una fuente de energía para el cuerpo.
  • Un órgano llamado páncreas produce la insulina. El papel de la insulina es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta el músculo, la grasa y otras células, donde puede almacenarse o utilizarse como fuente de energía.
Hasta hace poco, la diabetes más común en niños y adolescentes era la tipo 1 conocida también como diabetes juvenil. En este tipo de diabetes, el páncreas no produce insulina, que es una hormona que ayuda a que la glucosa entre en las células para darles energía. Sin insulina, demasiada azúcar queda en la sangre.
Hoy en día más personas jóvenes tienen diabetes tipo 2. A esta diabetes se la solía llamar diabetes del adulto, pero ahora es también común en niños y adolescentes debido a una mayor obesidad. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente.
Los niños y adolescentes están en mayor riesgo de diabetes tipo 2 si tienen sobrepeso u obesidad, tienen antecedentes familiares de diabetes o no hacen ejercicio. 
Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 pueden necesitar insulina. La diabetes tipo 2 puede ser controlada con dieta y ejercicio. Si eso no es suficiente, necesitarán tomar medicinas para la diabetes orales o insulina. Un análisis de sangre llamado A1c puede comprobar cómo está manejando su diabetes.
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-HIPERTENSIÓN
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la que aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias, para que circule por todo el cuerpo.
El sobrepeso y la obesidad  pueden aumentar la presión arterial, sube los niveles de glucosa en la sangre, colesterol, triglicéridos y ácido úrico, lo que dificulta que la sangre fluya por el organismo.
A nivel mundial se estima que existen más de mil millones de personas con hipertensión. En México, se habla de 30 millones y el IMSS se atienden 6 millones de personas que acuden periódicamente a la consulta externa de Medicina Familiar para tratarla.
La mayoría de las personas que padecen de hipertensión arterial no lo saben, porque no tienen ningún síntoma, pero hay quien puede presentar:
  • Dolor de cabeza intenso
  • Mareo
  • Zumbido de oídos
  • Sensación de ver lucecitas
  • Visión borrosa
  • Dolor en el pecho y/o lumbar
  • Tobillos hinchados
Después de ser diagnosticado con hipertensión arterial, se recomienda:
  • Tomarte la presión diariamente y apuntarla para llevar un control y poder mostrárselo al médico
  • Ir a consulta de manera periódica, para que te tomen la presión y den medicamento
  • Llevar una alimentación baja en grasas y sal
  • Bajar de peso (si padeces obesidad o sobrepeso)
  • Caminar mínimo 30 minutos al día
  • Aprender a controlar el estrés
  • Dejar de fumar
  • Evitar tomar alcohoL
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  • MEDIANO PLAZO

a) Adicciones: tabaco, alcohol y drogas.

a) TABACO

​​​​La mayoría de los adolescentes son conscientes de que el consumo de tabaco es una de las mayores causas de muerte. No obstante, esto no los disuade de probar productos del tabaco. Probar tabaco tan solo una vez los pone en riesgo de volverse adictos a la nicotina.
La American Academy of Pediatrics (AAP) respalda las medidas para ayudar a evitar que los adolescentes consuman tabaco, incluyendo la restricción de la publicidad, el aumento de precios de los productos y el aumento de la edad legal para comprar productos del tabaco.
  • Entre los problemas de salud causados por el tabaco se incluyen: deterioro dental, daños metabólicos, tos frecuente, aumento de flema, disminución del buen estado físico y problemas respiratorios.
  • El 90 % de las personas que consumen tabaco a diario comienzan a hacerlo a los 18 años de edad.
  • En 2014, el 25 % de los alumnos de escuela secundaria manifestaron consumir actualmente un producto del tabaco, incluyendo un 13 % que manifestó el consumo actual de dos o más productos del tabaco.
  • Entre los tipos de productos del tabaco consumidos por alumnos de escuela secundaria se incluyen: cigarrillos electrónicos, narguiles, cigarrillos, cigarros (cigarros pequeños o finos como Swisher Sweets o Black and Mild), tabaco sin humo, pipas, snus (tabaco de consumo oral), bidis (cigarrillos de tabaco enrollado) y tabaco soluble
  • Los factores que pueden influir en el consumo de tabaco son:
      • Consumo de productos de tabaco por parte de amigos o familiares.
      • Falta de apoyo o involucramiento de los padres.
      • Fácil acceso, disponibilidad y precio accesible de los productos del tabaco.
      • Bajo rendimiento académico.
      • Baja autoestima.
      • Exposición a publicidad del tabaco (películas, televisión o videojuegos).
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-ALCOHOL

Los jóvenes corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales debido al alcohol que incluyen beber en exceso, problemas en sus relaciones, accidentes viales y relaciones sexuales de alto riesgo que han sido referidas por ellos mismos. Estas conductas tienen sus propias consecuencias `para la salud y seguridad de los jóvenes, que incluyen daños al desarrollo cerebral, riesgo de lesiones y muerte y un mayor riesgo de participar en actos de violencia y de contraer enfermedades contagiosas.  

Los jóvenes se encuentran en constante riesgo debido a ciertos patrones de consumo debido a varios factores. Fisiológicamente, se encuentran todavía experimentando cambios en su desarrollo. El cerebro del adolescente se encuentra en un alto nivel de desarrollo. Este desarrollo establece las bases para las habilidades de la persona en su vida adulta, tales como la planeación, la integración de información, la resolución de problemas, el discernimiento y el razonamiento.Estos importantes cambios que están sucediendo son la razón de que el cerebro del adolescente sea más vulnerable a los efectos nocivos del alcohol en comparación con un cerebro adulto.

El alcohol perjudica las áreas del cerebro responsables del aprendizaje y la memoria, las habilidades verbales y la percepción visual-espacial. Por consiguiente, el consumo excesivo de alcohol afecta la creación de nuevos recuerdos, las habilidades de resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la atención y la concentración. Los estudios sugieren que el consumo de alcohol en adolescentes afecta de forma negativa la función neurocognitiva, como la capacidad de estudiar y obtener buenos resultados en los exámenes.Debido a que la adolescencia es una etapa muy importante para el desarrollo cerebral, el consumo de alcohol puede tener efectos negativos a largo plazo en su vida adulta.

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-DROGAS

El consumo de drogas, por su incidencia y las graves consecuencias que estas sustancias acarrean para la salud, está considerado como un problema social. Los adolescentes son uno de los grupos más vulnerables ante el consumo de estupefacientes. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (Unodc) y el Delito destaca la importancia de conocer y entender por qué este sector es más propenso al consumo, así como los graves riesgos que conlleva, para ayudar en la elaboración de estrategias y en la toma de decisiones que permitan prevenir y actuar ante situaciones de consumo de drogas en la adolescencia.
Las drogas acarrean una serie de consecuencias perjudiciales para la salud física y psíquica de los consumidores; sin embargo, al encontrarse en una etapa de desarrollo y de formación del hombre adulto, estas consecuencias son más graves en los adolescentes:
  • Daños en el aparato respiratorio: Sobre todo asociados al consumo de cannabis (bronquitis, enfisemas pulmonares, etcétera).
     
  • Daños cardiovasculares: Como hipotensión y alteración de la frecuencia cardiaca (cannabis), taquicardia e hipertensión, riesgo de angina de pecho e infarto de miocardio, hemorragias cerebrales (cocaína), arritmia, cardiopatía isquémica (drogas sintéticas).
     
  • Daños cerebrales: Alteraciones neuropsiquiátricas, neurotoxicidad (muerte de neuronas), riesgo de infarto cerebral, etcétera.
     
  • Otros daños en el organismo: problemas dentales, pérdida de olfato, sinusitis, perforación del tabique nasal, insomnio, convulsiones, insuficiencia renal, rabdomiólisis (necrosis del tejido muscular que provoca la liberación de contenidos de las fibras musculares y que provoca fuertes mialgias), coagulopatía, insuficiencia hepática, etcétera.
     
  • Daños psicológicos: Trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje (lo que deriva en fracaso escolar), trastornos psicomotores y en la realización de tareas complejas, reacciones de ansiedad y de pánico, aumento de la depresión, desarrollo de esquizofrenia (en personas con predisposición), brotes psicóticos, etcétera.
Los jóvenes que consumen este tipo de sustancias pueden presentar una serie de cambios en su conducta y hábitos que podrían dar ciertas pistas a su entorno para detectar este fenómeno, aunque es conveniente tener en cuenta que se debe tener precaución con esto, ya que la adolescencia es un periodo donde los jóvenes pueden experimentar muchos de estos cambios de conducta:
  • Irritabilidad y desarrollo de una conducta agresiva.
  • Pereza, apatía o somnolencia constante.
  • Hiperactividad.
  • Pronunciación lenta o mala.
  • Ojos inyectados en sangre, pupilas dilatadas (grandes) o puntiformes (muy pequeñas).
  • Desarrollo de malas prácticas, como mentir o robar, etcétera.
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LARGO PLAZO

-Otros tipos de adicciones y alternativas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una adicción es un grupo de fenómenos fisiológicos, conductuales y de conocimiento de variable intensidad, en el que el uso de sustancias psicoactivas tiene una alta prioridad.

Cuando se está en el uso de drogas, existe la preocupación y deseo de obtenerla, por lo que se adoptan conductas para buscarla. Las consecuencias de la dependencia a las drogas, pueden ser biológicas, psicológicas o sociales y usualmente interactúan.
La adicción a sustancias es un fenómeno complejo, caracterizado por una evolución que va desde el uso experimental, al uso social, el abuso y a la dependencia. A lo largo de este camino el adolescente experimenta efímeras e intensas sensaciones de bienestar; encuentra un medio rápido para escapar de situaciones emocionales difíciles y vive una falsa ilusión de dominio ante las tareas del desarrollo psicosocial propias de la edad. El adolescente en el proceso de adicción tiene poca confianza en su habilidad para enfrentar el mundo, sin los químicos.

Las características de un adolescente con problemas de consumo de drogas son:

  • Déficit de atención e hiperactividad.
  • Trastornos de conducta (cambios severos y repentinos de estado de ánimo).
  • Disfunción familiar (divorcio, violencia, segregación, desintegración).
  • Ansiedad.
  • Depresión (apatía, ausencia escolar y aislamiento).
  • Cambio de amistades y entorno social.
  • Intentos suicidas.
  • Tabaquismo.
  • Insomnio.
  • Problemas para establecer relaciones de pareja.
  • Problemas para controlar los impulsos (hacer las cosas sin pensar).
Es importante considerar que si bien, estos síntomas pueden ser indicativos de problemas de adicciones, es necesario tener un diagnóstico por especialistas, pues algunos de estos síntomas tomados en forma aislada pueden ser propios de la etapa adolescente.










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